Pudiera pasar que ante algunos malestares se nos ocurra asociarlo a posibles infecciones, sin que sea confirmado el diagnóstico con los exámenes indicados por el médico. También puede ocurrir que iniciemos “un tratamiento” con antibióticos, sin que se haya precisado la existencia o no de una infección, o su tipo.
Lo cierto es que desde nuestro nacimiento estamos expuestos permanentemente a miles de microorganismos, entre los cuales se encuentran los que pasan a formar parte de nuestra microflora, mientras otros logran evadir las barreras externas de nuestro cuerpo, se multiplican y se establecen, dando lugar a la infección.
¿Qué es una infección? ¿Por qué es importante un diagnóstico adecuado?
Una infección es el proceso en el que los microorganismos patógenos invaden nuestro cuerpo, evadiendo las barreras físicas y químicas, logrando afectar el funcionamiento del cuerpo y causando una enfermedad infecciosa.
Las bacterias más virulentas para el hombre, capaces de producir enfermedad infecciosa en cualquier huésped, se denominan patógenos primarios o verdaderos. Mientras que las especies que únicamente son capaces de provocar enfermedad infecciosa a individuos inmunodeficientes se denominan patógenos oportunistas.
Una infección se produce cuando ocurre un desequilibrio entre los factores de virulencia de una cepa bacteriana particular y los mecanismos de defensa de un determinado organismo (huésped) en contra de este último
Las infecciones pueden originarse en la comunidad o en instituciones de salud.
Fuente de los conceptos: Manual de entrenamiento Línea Antiinfecciosos de Laboratorio Behrens. Autor: Dra. Nora Maulino
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El Dr. Carlos Lezama, Director Médico, advierte sobre el uso indiscriminado de los antibióticos.
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